Alcanzar y mantener altas velocidades plantea desafíos significativos para los drones. Uno de los más importantes es la aerodinámica; a mayor velocidad, mayor es la resistencia del aire, lo que requiere motores más potentes y eficientes.
Otro desafío es la estabilidad; a velocidades superiores, cualquier pequeño error en el control puede tener consecuencias drásticas. Además, la durabilidad de los componentes se pone a prueba, ya que las altas velocidades generan una cantidad significativa de calor y estrés en las partes mecánicas.
Pero, como se puede ver en las carreras de drones, la velocidad es cada vez menos un obstáculo, y más un factor que potencia el espectáculo que pueden ofrecer los drones.